Random Songs | Entrega 2
Strange. Wire. Esta guitarra es inconfundible, tanto su sonido como su constante riff. 1977 nos regala esta joya, incluida en el también imprescindible Pink Flag, primer disco de esta excelente formación. Si bien se los suele clasificar dentro del movimiento post-punk, su música es tan única que esta taxonomía es fácilmente cuestionable. Bruce Gilbert a la guitarra y Colin Newman, encargado de cantar, junto con sus dos escuderos Robert Gotobed (batería) y Edward Graham Lewis (bajo) consiguen crear una atmósfera rítmica apabullante, incluyendo además algunos toques de psicodélia que acentúan el final de una canción mítica de la escena londinense de finales de los '70. Como no, Wire no tiene ni la fama ni el reconocimiento que merece a nivel popular, así que es una pena que la probabilidad de que un actual teenager los escuche sea baja, así que si eres un teenager y estás leyendo esto hazte con el disco inmediantamente.
Lilac Wine. Jeff Buckley. Curiosamente en la primera entrega del Random Songs mencionaba a Jeff Buckley para comentar su versión del Kick Out The Jams de MC5. Pues aquí tenemos su polo apuesto, una canción sensual, romántica y nostálgica. No voy a descubrir aquí las cualidades tanto compositivas como vocales de este hombre, pero sí que voy a destacar su capacidad para emocionar. Escuchando este tema no puedo evitar pensar en su extraña muerte, así como su gran poder de seducción, porque seducción es lo que produce Lilac Wine, ya que cuando empiezas a escucharla es imposible cambiar de canción, obligándote a dejar todo lo que estés haciendo para escuchar esa voz.
Love -in. The Morning Glories. Tema que forma parte de los clásicos Nuggets, en concreto del A Whole Lot Of Rainbows. Soft pop con un pegadizo estribillo amenizado, como todo el tema, por trompetas y una potente percusión. Procedentes de la Costa Oeste, The Morning Glories era una formación que abogaba por un pop digerible y que cuidase mucho tanto texturas como las melodías. Love-in se editó como single en 1968 hoy la podemos saborear en las exquisitas recopilaciones Nuggets. Quiero recomendar la escucha de toda la recopilación, pues contiene temas realmente buenos y que, por las cuestiones que sean han pasado de refilón por la história del pop y de la música en general.
The March Of The Black Queen. Queen. He leído por la red a muchos fans de Queen y coinciden varios en un aspecto. Si no fuese por Bohemian Rapsody, la canción que nos ocupa sería su preferida. Y es que The March Of A Black Queen es algo sublime, poderoso y avasallador. Sus cambios de ritmo, sus momentos álgidos y, sobre todo, la contraposición de éstos últimos con momentos baladísticos hacen de este tema una pieza de orfebrería compositiva exquisita. Compuesta por Freddie Mercury, esta gema del rock consigue hacerse corta en sus seis minutos de duración. Si el Queen II está, probablemente, considerado de los mejores discos de Queen es en parte a esta canción.
Vampire Blues. Neil Young. Que el genio canadiense es una de mis debilidades no es un secreto, y menos para mi iPod, que cada cierto número de canciones me regala un tema suyo. Y aquí tenemos uno que forma parte de su disco On The Beach, de 1974. Vampire Blues es un medio tempo agradable y relajante, digno de formar parte de las mejores composiciones de Neil Young. Hace tiempo tuve la oportunidad de conocer a un par de belgas, y hablando uno me contó que esta canción era su favorita. Me dijo que conducir con ella le despertaba su vena más individual, aquella que abogaba por una total dedicación a la escucha de la canción. Todo se íba, menos el coche, él y Vampire Blues.