martes, 31 de octubre de 2006

Crónicas Escocesas

Día 1

Después de llegar la noche anterior a Glasgow, cojer el coche alquilado y de beber los primeros dos litros de cerveza llegamos a Edinburgh, una ciudad dominada por su imponente castillo. Decidimos aplazar la visita al castillo por la tarde y damos un paseo por la famosa The Royal Mile, contemplando la belleza de esta parte de la ciudad. Ya por la tarde, en el castillo, podemos remontarnos a años pasados gracias a las múltiples exposiciones que se encuentran en el interior del mismo y, a la vez, gozar de unas vistas privilegiadas de la capital escocesa. Terminamos el día con cuatro pintas más.

Día 2

Nos encaminamos hacia Inverness, capital de las Highlands. Por el camino visitamos el Huntingtower Castle, un pequeño castillo donde nos disfrazamos con capas y sombreros para recorrerlo. Siguiendo nuestro camino nos paramos a contemplar los jardines del Blair Castle, un bonito castillo pintado de blanco que disfruta de unos magníficos jardines --diría que más que jardines son bosques-- con varios árboles gigantes. Paramos a comer a Dalwhinnie, zona donde se encuentra la famosa destileria de whisky del mismo nombre. La pena es que no pudimos visitarla porque llegamos tarde a la última visita guiada. Al menos estuvimos allí y pudimos hacernos algunas fotos. Llegamos a Inverness no sin antes hacer unas cuantas paradas para contemplar la belleza de las Highlands escocesas, bañadas por la música de Mark Knopfler. Inverness es una ciudad acojedora, atravesada por el Río Ness. Visitamos las afueras del castillo de la ciudad y, después de cenar, dos litros de Guinness.

Día 3

Nuestra intención era visitar el Fort George pero no pudimos porque estaba cerrado. Segunda frustración. Llegamos, por fin, al famoso Loch Ness, acompañado siempre por el no menos famoso Urquhart Castle. Nos dejamos llevar por la mágia del lugar y creo que vimos el monstruo... Otra vez en la carretera, con paisajes de ensueño, nos encontramos con el Elian Donan Castle, famoso por ser el castillo en el que se rodó la película de Los Inmortales. Contrariamente a lo que se puede leer o comentar, yo creo que sí que vale la pena entrar en el castillo, donde hay una interesante exposición hecha con figuras a tamaño real recreando la vida pasada en el castillo. Nota: con el carné de estudiante universitario hay descuento, como en otros castillos. Portree es nuestro siguiente destino, situado en la Isle Of Skye. Entramos en la isla por el único punto terrestre por donde comunica con el resto de Escócia, el Skye Bridge. Portree es un lugar tranquilo con un pequeño pero bonito puerto. Tuvimos la suerte de dormir con unas vistas estupendas, así el despertar se hace menos pesado. Dos litros más de Guinness y a la cama.

Día 4

Después de desayunar, una vez más, el famoso desayuno británico, nos dirigimos hacia Dunvegan para ver su castillo, no sin antes parar por el camino para deleitarnos con los parajes. El Dunvegan Castle es un castillo particular, pués es propiedad de la familia McLeod desde hace 800 años. En el castillo se conserva un trozo de tela al que se le atribuye el poder de haber ayudado a los McLeod a resguardar el castillo de los ataques. El castillo, junto con los jardines, es una visita recomendable, aunque sólo sea por la singular historia del lugar.

Aún con la frustración de no haber podido visitar la destilería Dalwhinnie, nos encaminamos hacia la destilería Talisker, la única de la isla. Situada en un idílico lugar, produce un malta con cuerpo y personalidad: 45.8% de alcohol. Antes de comenzar la visita pasamos a un sitio con mesas, donde nos sirven un trago del preciado brebaje para deleite de nuestro paladar. Creo que nunca un whisky me ha sabido tan bien. Sólo con el olor que en el lugar se respiraba ya le daba un toque especial. Nos explican el proceso de creación del whisky, observando las diferentes fases del mismo para terminar, como no, en la tienda, donde adquirimos una pequeña botella de Talisker. Seguimos nuestro viaje, dejando atrás la Isle Of Skye para terminar la jornada en Fort William, donde hicimos noche no sin antes tomar los reglamentarios dos litros de cerveza por cabeza.

Día 5

Nos levantamos e iniciamos el viaje de regreso al aeropuerto de Glasgow, que nos quedaba a unos 240 km. Por ese motivo no tuvimos tiempo de visitar nada más, exceptuando el Loch Lomond, que nos venía de paso. Nuestros ojos se deleitaron por última vez con los increíbles parajes escoceses, un lugar que opino que toda persona debe visitar al menos una vez en la vida. Sin duda alguna el mejor viaje que he hecho. 100% recomendable.

Gracias a todos mis compañeros: Àlex (Up Der...), Jordi (El Marquès), Unai (The Experience) & Miqui (The Same).



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmmm, en el 92,mientras todo el país se entregaba a la orgía deportiva, yo,junto a tres amigos, recorría todos esos lugares que mencionas. Creo que fueron practicamente todos, y alguno más, ya que lo alargamos.

Eso sí, el coche alquilado lo recogimos en Liverpool y lo enregamos en Manchester.

Nada, nos apatecía esas ciudades (mitómanos que somos).

Un saludo

Anónimo dijo...

Hola!

quina enveja que m'heu fet ara mateix!!! Ja veig que us ho heu passat molt bé i que ha estat un viatge genial, me n'alegro molt!

Un petonet per tots (encara que no us conegui), jeje.

Anónimo dijo...

Com ha comentat l´amic Toni, ha estat un gran viatge. Jo destacaria d´Escòcia que és una nació a l´alçada d´on voldria estar Catalunya com a mínim. És a dir, un nacionalisme reconegut i respectat arreu internacionalment, sense ser expressament un estat independent, amb unes impressionants infraestructures recaptadores de turisme i divises, allunyades del glamour artificial de Qatar, marbella o Marina d´Or. Amb un Whisky propi i amb pedigree del que no s´escapa ni l´anglès més antiescocès, un mirall que ja li agradaria reflexar-s´hi les caves catalanes. Amb unes seleccions esportives pròpies, amb uns paisatges cuidats al detall i no destrossats amb cura, res a veure amb la "solera" d´un bonic(?) poblet de pescadors com era Calafell (ara conegut com una enorme comunitat de veïns d´edificis uniformes i connexos). Si Catalunya havia de ser com Escòcia, ara resulta que està "escocía" des de l´entrecuix a

la rabadilla. Montilla maravilla, a veure si fas de Catalunya una Escòcia, i no un cortijo on primer els de fora s´hi caguen i després s´hi deixen la merda. Això sí, sort que aquí almenys menjarem millor que els escocesos pels segles dels segles.

Atentament, un català republicà indignat amb el nou tripartit. Al 2008, el PP torna al poder per negligència catalana, ja ho veureu. Cagumlaputa!, com diria l´amiga Anna Ripoll i Matoll.

Anónimo dijo...

Genial crónica y fotos. Es uno de esos muchos viajes pendientes que tengo, aunque lo haré sin güisqui :)

Eclipse dijo...

Gracias a todos por comprender el espíritu de Escócia, tanto si es con whisky como sin él :)