Cada cuatro años los aficionados al fútbol tienen una cita ineludible con la celebración del Mundial. En esta ocasión se ha celebrado en Alemania, en el corazón de Europa. Ha sido un Mundial un tanto extraño por varios motivos. En primer lugar encontramos que las selecciones que han llegado a la final no figuraban ni por asomo entre las teóricas aspirantes al título. El caso de Francia es realmente curioso, ya que en el '98 --Mundial celebrado en su país-- ganaron practicando un fútbol de libro y en el pasado Mundial de Corea y Japón no pasaron de la primera ronda. Es más, ni siquiera marcaron un gol. Sin hacer ruido van y se plantan en la final ante Italia, un país que vive conmocionado por el escándalo de corrupción futbolística recién descubierto.
Finalmente el Mundial se lo ha llevado el equipo italiano ganando a Francia por penaltis. Pero si por algo será recordada esta final es por la expulsión de Zinedine Zidane en su último partido como profesional. Zizou podría haber puesto un broche de oro a su retirada, ya no digo ganando, me refiero a terminar jugando como realmente lo que es, un gran jugador. Ha hecho un gran Mundial, pero cuando realmente debía tener la cabeza fría y poner en práxis su experiencia, se ha dejado llevar por los nervios agrediendo a Materazzi. Roja y a la calle. Sin duda no es la despedida que merece este jugador, pero él lo ha querido así. Hablemos de Henry. Dos finales perdidas en un mismo año, pero no dos finales cualquiera: la de la Liga de Campeones y la del Mundial. Supongo que deseará irse de vacaciones, no es para menos.
Se hablaba mucho de Brasil, la siempre candidata al título, incluso ya se daba por echo de que sería la campeona y Ronaldinho su mejor jugador. Pues nada de eso, eliminada en cuartos por Francia y con todo el país criticando a Ronaldinho. La otra decepción americada ha sido Argentina. Si bien empezaron jugando muy bien terminaron jugando a aguantar el resultado, y eso se paga muy caro. Supongo que Pekerman se arrepentirá toda su vida de no haber sacado a Lionel Messi en el decisivo encuentro de cuartos de final. Era increíble que Messi no estuviese jugando ese partido, por el bien del mismo, de Argentina y del mundo del fútbol. Alemania ha cuajado un buen Mundial, quedando en tercer lugar contra pronóstico y demostrando que tiene un conjunto de jugadores con un gran futuro por delante. Portugal también ha tenido una gran actuación, terminando cuarta y despidiendo así a su capitán Figo, que parece que vive una segunda juventud. Es una pena, no obstante, que los equipos africanos no lleguen más lejos en esta competición. Ghana fué el único que llegó a los octavos de final, cayendo contra Brasil, pero no debemos olvidar a una selección como Costa de Marfil, que ha sufrido arbitrajes realmente contrarios. De no ser así al menos hubiese pasado a los octavos de final. España ni salió del corral.
En fin, ha sido un buen Mundial, con un puñado de golazos. El mejor partido, para mi gusto, fué el Italia - Alemania de semifinales, y el más emocionante el Portugal - Holanda, que terminó con dieciseis cartulinas amarillas y cuatro de rojas. Todo un récord. Siguiente parada: Sudafrica.