martes, 16 de octubre de 2007

Random Songs | Entrega 5

Por fin tengo tiempo y ganas de volver. Con las vacaciones ya en mente mis días actuales pasan volando y no encontraba el momento de regresar a la blogosfera con nuevas cosas que ofrecer. Pero hoy ha sido distinto: tiempo y un ordenador con conexión a internet. Se ve que el vecino de arriba, por fin para su bien, ha decidido proteger la clave de acceso a su módem, privándonos de su excelente conexión que tantas horas de placer nos proporcionó. Por suerte las baterías del iPod no dependen de nadie más que de mi, y debo tenerlas bien cargadas para volver a cruzar el Atlántico con destino una costa del pacífico. The West Coast Experience está a punto de suceder, de inundar mis venas y mis pensamientos para siempre. Pero mientras dejemos que la cosa fluya a su manera, de forma totalmente aleatoria...

Blues On The Ceiling. Fred Neil. Una pequeña maravilla de poco más de dos minutos a cargo de uno de los cantautores más olvidados, junto a Tim Hardin, del pasado siglo XX. Dos guitarras contrapuestas y la voz de Neil hacen de esta pieza un tema agradable y enternecedor, ideal para esos ratos de soledad buscada que todos tenemos. Quiero estar solo sí, pero con este blues, con esta voz y con esta sinceridad. En 1965 esto sonaba en los tocadiscos de las gasolineras de carretera, dentro de un disco titulado Bleecker & MacDougal. En este mismo disco hay otro tema, titulado A Little Bit Of Rain, que es una auténtica gozada. Son las dos perlas de un excelente trabajo, al menos para mi gusto, que uno debería saborear con tranquilidad.

I Can Never Take Your Dreams Away. Peacepipe. Mi canción favorita del momento y mi fiel amigo me la ofrece. Ese inicio con el piano y la voz nos prepara para lo que va a venir, un mural sónico de rock progresivo procedente de la West Coast a cargo de un grupo al que el calificativo de desconocido se le queda corto. En 1970 surgía su disco homónimo que contenía este tema, melancólico a ratos, abrumador a otros pero siempre intenso y magistral. Tanto el piano como esa guitarra progresiva consiguen ponerme la piel de gallina. Pero por sobre de todo este disco merece un post especial, una reivindicación pública que haga entender a todos que es una obra maestra absoluta de cabo a rabo. Y esos redobles de batería... y ese final... buff, estoy en trance...

Hangin' Round. Lou Reed. Hace poco que este genio desempolvó en directo su obra maestra Berlin, objeto de de un genial post del amigo Red River. Pero antes de Berlin sacó su monumental Transformer, que contenía el tema que ahora mismo funde mis tímpanos. Rock made in Lou Reed en estado puro pero sin los lisérgicos momentos de su pasado en la Velvet, pues ahora es el glam lo marca directrices en la vida del genio de New York. Y en parte gracias a la mano de David Bowie. Y la verdad es que Hangin' Round suena a eso, a Bowie... Por cierto, corre por ahí una versión acústica del tema que es acojonante.


Since I Met Her. Mendelbaum. Más grupos de la West Coast. Y más calidad sobrehumana. Con toques en los coros que recuerdan a CSN&Y, este grupo de rock americano consigue fusionar las armonías vocales con una impecable base rítmica de bajo y batería. Y todo bajo el manto de la lisergia americana del momento y de San Francisco en particular, ciudad natal de este fantástico grupo musical. Tengo entendido que esta canción es sólo una demo, como las restantes que conforman un conjunto de grabaciones de estudio que se editaron junto a un concierto. Así que podemos tener esta gema de San Francisco en un doble cd. Espero que en la Amoeba de la ciudad de los hippies lo tengan, si no mi viaje puede quedarse sin justificación... uno debe aprobechar que el dólar está bajo, ¿no? Una última cosa: Si podéis haceros con las grabaciones de Mendelbaum. Para mi se han convertido ya en uno de los mejores grupos de la costa oeste que he escuchado, junto con Peacepipe.

Let Go. Elliott Murphy. Y de San Francisco pillamos el avión y hacemos un salto hasta New York City, ciudad natal de un genio oculto y que ahora reside en París. Elliott Murphy sabe transmitir lo que quiere mediente sus composiciones, geniales canciones que hablan sobre la vida, los hombres, las mujeres, las situaciones a los que hemos de enfrentarnos... Y en Just A Story From America, de 1976, encontramos esta excelenta composición llena de melancolía y sensibilidad. Un artista de cabo a rabo que de forma incomprensible no goza de una popularidad ya no digo notória, pero si al menos de decir "¿Elliott Murphy? Me suena..." De todos modos y, al fin y al cabo, él no necesita ser famoso para vivir bien, debe tener suficiente con que un tipo perdido en el mundo se estremezca con un tema suyo como ahora mismo estoy haciendo yo.