miércoles, 27 de diciembre de 2006

James Brown (1933 - 2006)

El 2006 está siendo un año de importantes traspasos de mitos de la escena musical. Primero fué Syd Barrett, luego Arthur Lee y ahora James Brown. Hoy, hojeando El Periódico me he encontrado con este excelente artículo, que creo que refleja bien lo que Brown ha significado. Descanse en paz.

EL PERIÓDICO

NUEVA YORK / BARCELONA

Le llamaron el padrino del soul, el hombre más trabajador del espectáculo, el señor Dinamita y el superministro del heavy funk. Y era todo eso y más. James Brown, el influyente cantante, compositor y bailarín que transformó la música negra americana del siglo XX, falleció en la madrugada del día de Navidad en un hospital de Atlanta (Georgia) a consecuencia de una insuficiencia cardiaca. Tenía 73 años y había sido ingresado por una neumonía. "Me voy", fueron sus últimas palabras.

Brown no murió sobre el escenario, como él mismo había pronosticado, pero sí trabajó hasta el último de sus días. Hoy y mañana tenía previsto ofrecer dos actuaciones en Georgia, y aun después de ser hospitalizado obtuvo el permiso del médico para cantar en la noche de fin de año en el club de B.B. King en Nueva York. Solo la muerte interrumpió su larga y supersónica carrera.

A lo largo de medio siglo de actividad artística, James Brown vendió millones de discos, pero nunca alcanzó el puesto más alto en las listas de ventas. Y aun así, su música ha resultado muchísimo más perdurable e influyente que la de la mayoría de los artistas que le arrebataron el número uno. Su rhythm & blues de fuerte acento rítmico no solo dio carta de naturaleza al funk de los años 70, sino que se convirtió en la principal base del hip-hop y está todavía presente en numerosas producciones de pop actual.

No parece un logro pequeño para un chico negro que nació el 3 de mayo de 1933 en una minúscula casa de Barnwell (Carolina del Sur), fue criado por una tía soltera que regentaba un burdel, se ganó la vida recogiendo algodón y abrillantando zapatos e hizo su primera entrada en la cárcel a los 16 años.

Al salir del presidio, tres años después, se unió a un grupo de gospel liderado por Bobby Byrd, al que no tardó en robar el protagonismo gracias a su poderosa voz y su acrobática manera de bailar. La banda, rebautizada como The Famous Flames, firmó un contrato en 1956 con la King Records de Cincinnati y cuatro meses después su canción Please, please, please se convirtió en su primer éxito. Le siguieron clásicos del soul y el funk como Papa's got a brand new bag, (I got youI feel good), Get up (I feel like being a sex machine) y I'm black and I'm proud y un rosario de frenéticas actuaciones, mientras Brown se deslizaba por una pendiente de drogas, alcohol y malos tratos que le acarreó numerosos problemas con la justicia.

DERECHOS CIVILES

En un rasgo típico de su explosiva y contradictoria personalidad, Brown hizo compatible su participación en un comité antidrogas impulsado por Ronald Reagan con los numerosos arrestos por posesión de estupefacientes que jalonaron su grueso expediente policial. También fue detenido por posesión de armas tras haberse erigido en una de las figuras destacadas de la lucha por los derechos civiles en los años 50 y 60 (su decisión de ofrecer una actuación televisada tras el asesinato de Martin Luther King en abril de 1968 fue muy criticada entre los sectores más combativos de la comunidad negra, aunque acabó resultando determinante para evitar disturbios).

En esos días forjó una gran amistad con el reverendo Jesse Jackson, que el lunes destacó la oportunidad de la fecha de su adiós. "Fue teatral hasta el final. Su muerte el día de Navidad va estar en los noticieros de todo el mundo a lo largo del día".

El Periódico, 27 de diciembre del 2006

sábado, 2 de diciembre de 2006

Buffalo Springfield | Buffalo Springfield (1966)

Si algún día me preguntasen cuál es el disco de mi vida el debut de Buffalo Springfield sería un serio candidato. El grupo, compuesto por Stephen Stills, Richie Furay, Neil Young, Bruce Palmer y Dewey Martin, editaba en Atlantic este sublime álbum. Precisamente la grandeza de sus componentes, su personalidad y su lucha de egos dieron como fruto este disco pero, como no podía ser de otra manera, terminaron también con la disolución del grupo. Es un disco meloso, agradable y conciso, del que sobresalen dos genios musicales: Stephen Stills y Neil Young. Este L.P. es una muestra de calidad, vehiculada por grandes armonías vocales, guitarras apasionadas y creativas melodías, capaces de acelerar el pulso de cualquier melómano. Blues, rock, folk y country se entremezclan para crear esta gema del sonido lisérgico americano. Temas como For What It's Worth o Hot Dusty Roads son ya verdaderos clásicos, al igual que las excelentes composiciones de Neil Young, Nowaday's Clancy Can't Even Sing y Flying On The Ground Is Wrong. Experimentación a cargo del canadiense que se convierte en belleza y alimento para los oídos. Pero no todo es calma en el disco: Go And Say Goodbye, Burned, Leave y Pay The Price evocan las raíces del rock, pero sin dejar de lado ese toque personal e inmutable de sus creadores. ¿Y las restantes canciones? Sit Down I Think I Love You, Everybody's Wrong, Do I Have To Come Right Out And Say It y Out Of My Mind completan este mágico trabajo, directo y conmovedor, así como absolutamente imprescindible. Créanme, sus oídos se lo agradecerán.