sábado, 14 de junio de 2025

Summer is here | Recomendando Discos

El verano, esa estación que es como un oasis en medio del desierto del año; el verano, ese período de tiempo donde las cosas se ven con más optimismo y una perspectiva distinta; el verano, que estabiliza las hormonas que la primaver altera... Quiero proponer aquí una selección de discos que yo asocio irremediablemente al verano. Discos que recurrentemente y al largo de los años me los pongo más cuando llega el calorcito y las temperaturas cálidas. Sin más empezamos:

Jacco Gardner | Hypnophobia (2015)


Ya solo viendo la portada podemos inducir lo que vamos a encontrarnos en este trabajo del neerlandés: psicodelia moderna donde los sintetizadores —porque si algo tenemos aquí son sintetizadores— voces, flautas y arreglos musicales nos llevan a viajar a finales de la década dorada del género. Desde el inicio con Another You, pasando por la bucólica Grey Lines hasta la fenomenal Find Yourself, encontramos desde ecos de Syd Barrett en temas como Face to Face —que tiene connotaciones de himno—, geniales parajes pastorales en Outside Forever, hasta experimentación y desarrollo sonoro en Before The Dawn, uno de mis temas favoritos del álbum. El combo de percusión-synth que encontramos en Before The Dawn nos hace viajar aunque sea sin el uso de drogas hasta un clímax sonoro ideal para disfrutar con una buena puesta de sol veraniega. Mención a parte merece el tema homónimo Hypnophobia, una catársis musical que va in crescendo y que demuestra la ambición del artista, creando unos cambios de ritmo y unas atmósferas geniales. 



Neil Young | Zuma (1975)



Aunque no sea un disco optimista en el sentido estricto de la palabra, a mi me despierta buen rollo, que es lo que necesito cuando llega el buen tiempo y la melanina se despierta en mi piel. Es precisamente ese inicio con Don't Cry No Tears, que nos invita a dejar todos los problemas, a superarlos vaya, a seguir adelante con lo que nos deparará la vida. Danger Bird y Pardon My Heart dejan un poco de lado el buenrollismo para sumergirnos en la nostálgia y el amor más triste. Dos temarrales poco reconocidos pero que entran dentro y te desgarran con su crudeza, algo que Neil Young hace de maravilla. Pardon My Heart me revuelve las entrañas cada vez que la escucho. Pero vuelve la alegría señores; y ya están aquí Lookin' For a Love y Barstool Blues, dos de mis temas favoritos de la vida. Podría estar escuchándolos sin parar hasta que me sangraran los oídos. La estructura de Stupid Girl siempre me ha fascinado. Ese medio tempo, con los toques de la Old Black que resiste a desatarse me encanta. Ah, donde sí se desata la Old Black és en Drive Back. Menudo pildorazo, clásico del maestro con esa distorsión tan y tan personal. Es un tema brutal. Y sí amigos, llegamos al clímax; llegamos a la cúspide; llegamos a Cortez The Killer. La intro es antológica pero lo que viene después es otra historia. La Old Black siempre me desgarra con esos punteos... Siempre que escucho el tema evoco la última visita del Tito al Poble Espanyol de Barcelona, donde tocó el tema con todos los asistentes con la piel de gallina... mágico. Through My Sails nos devuelve a esa paz en el alma para saborear una buena puesta de sol veraniega. Y yo me pregunto ¿cómo es posible que aún haya alguien que dice ser melómano y no conoce a Neil Young? Todo en este disco es icónico: desde su portada a su contenido. Ah, y que no haya dudas, todos los discos que hizo NY en los '70 son obras maestras. 


Portishead | Dummy (1994)



Estamos ante un disco que una vez decido ponerlo no para de sonar durante toda la semana. Es como una droga, eso que sabes que no puedes comer o beber porque te gusta tanto que sabes que no podrás parar hasta que tengas una buena sobredosis. Este disco es esto para mi, ya desde las primeras notas de Mysterons, con ese medio tempo adictivo, o los arpegios de Sour Times, o el scratch en Strangers, los tres primeros temas del disco. El resto es una subida a una cúspide de la que no nos bajamos porque cada cual es mejor: It Could Be Sweet, Wandering Star, It's a Fire,... los sonidos, los ritmos, todo se va cociendo bajo la sobrenatural voz de Beth Gibbons, que encandila desde la primera vez que la escuchas. Numb, Pedestal... y Biscuit y Glory Box. Estamos en lo alto y aquí nos quedamos. Es un disco consistente que nos pide más y más escuchas para poder degustarlo como se merece. Ah, y un detalle importante: ¿quién puede resistirse a descubrir lo que se esconde tras esta incómoda portada?




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